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Las denominadas Rías Baixas, se encadenan entre Baiona y Fisterra. Son de las gallegas las de mayor extensión y las que de una manera uniforme se alargan de sudoeste a nordeste. Se trata de las rías de Vigo, Pontevedra, Arousa y Muros-Noia.
Desde el punto de vista climático hay que destacar la existencia de temperaturas suaves durante buena parte del año y la abundancia de precipitaciones a lo largo del otoño e invierno. Ello propicia el desarrollo de amplias masas forestales que rezuman verdor.
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Ría de Pontevedra
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El territorio se descompone así en extensos espacios cubiertos de árboles que se engarzan con campos de cultivo en los que los frutales, las hortalizas y los viñedos rodean aldeas, villas y ciudades generando un paisaje alegre y variado.
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En su litoral recortado, los tramos de costa acantilada, rocosa y brava, se encadenan con hermosas playas a las que se puede acceder desde tierra, siguiendo la amplia red de carreteras, o desde mar, aprovechando los numerosos puertos.
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A la riqueza y variedad de su medio natural hay que unirle la amplia gama de pescados, mariscos y vinos que hacen la delicia de cualquier gastrónomo, y que se pueden degustar tanto en las ciudades más importantes, como Vigo o Pontevedra, como en las numerosas villas marineras.
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El amante del arte encontrará en las Rías Baixas numerosos lugares en los que detenerse: castros, iglesias románicas, góticas o barrocas. Pazos o magníficos museos, como los de Pontevedra, Vigo o Bueu, podrán ser visitados en función del tiempo de que se disponga.
Además las fiestas y romerías que se suceden a lo largo del año, especialmente durante el verano, permitirán al visitante adentrarse en lo más profundo de las tradiciones y creencias gallegas.
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