Desde la antigüedad los hombres siguieron la ruta del sol hacia occidente. Por la noche, un torrente de estrellas señala en el cielo la misma dirección, es la Vía Láctea, tambíen conocida como Camino de Santiago o Vía de los Peregrinos, por ser la indicación que siguieron las gentes en su peregrinación a Santiago de Compostela. Desde el siglo IX, los peregrinos recorren a pie los caminos de Europa: en el siglo XII se estima una cifra de quinientos mil, en el año 1999 llegaron a Santiago de Compostela, Galicia, cinco millones y medio de personas. A lo largo de la historia, la intención del viaje fue la visita a la tumba de Santiago el Mayor, uno de los doce apóstoles de Cristo, que la tradición lo cree sepultado en la catedral de la capital de nuestro país. Hoy los motivos de peregrinación son diversos, desde los espirituales a los artísticos, pero el Camino continúa siendo un potente crisol cultural de las tierras de Europa.
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