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La subida de Eduardo Schiaffino,
sobre la que daba el estudio de Adolfo Bioy Casares
Adolfo Bioy Casares, quince años menor que Borges, ha dicho que su primer encuentro con él se remonta a 1932, en una reunión en San Isidro, en la antigua casona que heredó Victoria Ocampo. Para el novelista de La invención de Morel (que inspiró al cineasta francés Alain Resnais) "encontrar a Borges a sus treinta y tres años fue como entrar a la literatura viva" . De la señorial casona, frente al río de la Plata, en la provincia de Buenos Aires, Borges regresó con Bioy en su auto. Y desde entonces, fueron amigos para toda la vida. Borges fue testigo de casamiento de Casares con la escritora Silvina Ocampo, hermana menor de Victoria y, juntos, organizaron célebres reuniones literarias sobre todo en la primera de los sucesivos domicilios. Bioy aparece con su nombre y como personaje, en el cuento Tlön Uqbar, Orbis Tertius.
PEDANTERÍA. "La gente suele decir que Bioy Casares es discípulo mío, simplemente por razones cronológicas, pero la verdad es que yo no le he enseñado nada y él me enseñó a mí muchas cosas. Yo le debo mucho a Bioy Casares, como amigo y como escritor también. El fue curándome, digamos, él me curó un poco de Lugones, un poco de Quevedo. Un poco de Joyce, también, o mucho. Y él me ha llevado a mí a ser, ahora, un escritor -por lo menos aparentemente- sencillo. Yo tendía siempre a la pedantería, al arcaísmo, al neologismo, y él me curó de todo eso. Sin decirme una palabra. Simplemente dando por descontado que yo compartía esos juicios suyos...".
Bioy y Borges
ALIAS. Honorio Bustos Domecq, con el que Bioy y Borges firmaron paródicos relatos, combina los apellidos de sus abuelos. Bustos, por parte de Borges, un antepasado cordobés; y Domecq, por parte de Bioy, a quien éste le atribuyó la introducción del coñac en Londres.
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